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NUESTRA PALABRA PROFETICA

Juan 14: 12-15
De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, el las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidiereis al padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré. Si me amáis, guardad mis mandamientos.

lunes, 18 de abril de 2011

LAS SIETE PALABRAS DE JESUS EN LA CRUZ

Publicado en Vida Cristiana el 10 abril 2009 - Tiempo de lectura 9'34 minutos

crucificadoJesús, nuestro Mesías, dijo 7 palabras mientras estaba colgado en la cruz, aún en su agonía, aún cuando el dolor lo consumía, tomó tiempo para regalarnos estas siete palabras.

Palabras que al estudiarlas cambiaron mi manera de ver la vida, mi manera de pensar, mi manera de vivir.

1. Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.

Lucas 23:34 Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre si sus vestidos, echando suertes.

Olvida por un momento lo que se nos dice que debemos de hacer. Ponte en el lugar de Jesús.

¿Haz alguna vez sentido un dolor tan terrible que quisieras morirte para dejar de sentirlo? Si no conoces ese tipo de dolor, te puede ser difícil entender lo que te diré a continuación, pero si lo has experimentado, entonces me entenderás.

Una cosa es lo que se dice y otra lo que se hace. Desde un momento de tranquilidad todos podemos decir: es importante perdonar. Pero Jesús estaba siendo torturado en ese mismo momento. Y oró por las personas que le estaban causando el dolor!!!

Las personas que le hacían sufrir un dolor insufrible, eran las personas por las que el intercedía delante del Padre.

La historia de Jesús la podemos mirar como el que lee un libro de acontecimientos pasados y sólo mirarlo desde lejos, o podemos vivir cada momento de los acontecimientos bíblicos y ver así la realidad de nuestro Señor y de nuestras vidas.

¿Qué se me podría hacer a mí que sea tan terrible como lo que se le hizo a Jesús? Y si aún se me hiciese, yo soy pecador y me merezco las cosas malas que me pasen en la vida. Pero Jesús nunca pecó, nunca le causó mal a nadie.

¿Que me puede impedir a mi que yo perdone?

Por eso te digo que estas palabras cambiaron mi vida.
Porque yo si creo que Jesús las dijo. Yo si creo que las dijo en el mismo momento de la agonía. Y sobre todo, yo si creo que su petición fue genuina donde el realmente deseaba que Dios los perdonara. Es mas, su gozo aun en ese momento estaba en que el Padre los perdonase!

Lo que Jesús predicó fue genuino. Cuando dijo orad por vuestros enemigos, era por que el mismo lo hacia y lo hace. Cuando dijo perdonad hasta setenta veces siete es porque el mismo cree en perdonar.

Es aquí donde esta mi seguridad en que no importa cuan miserable yo sea, el me sigue amando, y si mi arrepentimiento es de corazón el me sigue perdonando. Por la sencilla razón que ese es el, un Dios de perdón y de misericordia.

Hoy tengo paz que el me ha perdonado. Por Jesús decir esta palabra yo creo que Jesús de verdad vive cada palabra que predica. Mi seguridad en el no depende de mi palabra, depende de su palabra!

2. De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.

Lucas 23:43
Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.

Siempre se nos habla del ladrón bueno y del ladrón malo que fueron crucificados con Jesús. Pero hay más de esta historia.

Cuando los dos ladrones fueron crucificados con Jesús, uno a la derecha y el otro a la izquierda, los dos injuriaban al Señor, los dos se burlaban de el.

Mateo 27:38 Entonces crucificaron con el a dos ladrones, uno a la derecha, y otro a la izquierda.
44 Lo mismo le injuriaban también los ladrones que estaban crucificados con el.

Observa como dice aquí los ladrones.

Pero algo sucedió en el transcurso de esas amargas horas. Algo le dijo a uno de los ladrones que este Jesús no era un hombre cualquiera, algo le dijo a uno de los ladrones que este hombre era rey! Quizás pudo haber sido el letrero que pusieron sobre su cabeza:

Lucas 23
38 Había también sobre el un titulo escrito con letras griegas, latinas y hebreas: ESTE ES EL REY DE LOS JUDIOS.

O quizás fue algo más específico, quizás fue algo en el mismo Jesús. Quizás fue el momento donde oro por sus transgresores, o quizás fue una mirada de amor.

¿Te recuerdas cuando Jesús te llamo?

Cuando yo por primera vez estuve cerca de el, cuando por primera vez dejo de ser religión, dejo de ser tradición y se convirtió en mi salvador personal, hubo algo que sentí que es difícil de describir. Fue como cuando los discípulos lo volvieron a tener cerca, sabían que era el pues sus corazones ardían!

Lucas 24
31 Entonces les fueron abiertos los ojos, y le reconocieron; mas el se desapareció de su vista.
32 Y se decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras?

Hay algo en Jesús que ningún otro hombre tiene. Hay un profundo amor que continuamente esta emanando.

¿Como hay personas que se pueden resistir?

¿Como se pudo resistir uno de los ladrones mientras el otro le reconocía como rey?

Acuérdate de mi cuando vengas en tu reino. Con estas palabras se atrevió aquel hombre hacer una oración. Con estas palabras le reconoció como rey aun cuando su rostro estaba desfigurado y su corona era de espinas!

Oh, que momento tan grande!

Nosotros que necesitamos milagros para creer.

Nosotros que cuando solo una cosa nos va mal nos alejamos de la iglesia enseguida.

Por tan poco se desvanece nuestra fe. Pero este ladrón le creyó sin pruebas, le creyó con tan solo mirarlo.

Todos podemos comenzar con un corazón duro, este ladrón lo hizo así. Pero tiene que haber algo en nosotros que se derrita a la presencia de Dios.

Y fíjate cuan grande fue su recompensa, por cuanto le creyó a Jesús en la cruz y no en los milagros, este ladrón, este insignificante hombre para la sociedad fue el primero en entrar con Jesús en el paraíso!!!

Vivo mi vida esperando ese día cuando mi Jesús me lleve a mi nueva morada. No vivo con temor del mañana pues ya mi Jesús ha preparado morada para mí. Ahora vivo tomando en cuenta cada minuto de mi presente, pues es un regalo maravilloso de parte de Dios. De mi futuro, mi Cristo se ocupara, nada me tengo que preocupar.

3. Mujer, he ahí tu hijo… He ahí tu madre.

Juan 19
26 Cuando vio Jesús a su madre, y al discípulo a quien el amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo.
27 Después dijo al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa.

La humanidad de Jesús queda marcada con esta palabra en una forma viva.

Cuanto amaba Jesús a su madre, que aun en la hora de su muerte y su agonía todavía se ocupa de ella, todavía la sigue protegiendo.

Que momento tan difícil para María, ver a su hijo clavado en la cruz. Seguro que su llanto no encontraba consuelo aun cuando ella había dicho he aquí la sierva del Señor. Admiro a nuestra hermana María por su entrega a Dios. Cuantos de nosotros no estamos dispuesto a sacrificar ni si quiera una hora de nuestro tiempo por el Señor y aquí nuestra hermana María estuvo dispuesta a soportar aun el dolor de ver a su hijo morir en una cruz sin haber cometido falta alguna.

Jesús sabe lo que es el dolor. El conoce lo que es el sufrimiento. Cuando tu te le acercas en oración por una madre, por un hijo, por un ser amado, el sabe por lo que estas pasando. El no te abandona ni te ignora.

Justificado hubiera sido para Jesús concentrarse solo en su dolor. Pero no lo hizo así. Sino que saco tiempo para ocuparse de su madre y de Juan. A Juan el más joven de sus discípulos tampoco lo quería dejar solo.

Yo se que Jesús oye mis oraciones. Yo se que entiende mi dolor y estoy seguro que se ocupa de mi y no me deja solo.

Esta palabra me confirma que mis oraciones no se pierden en el aire. Esta palabra me anima a pasar tiempo con mi Salvador y me deja ver que el orar es una delicia, es un milagro extraordinario del cual Dios me hace participe.

4. ¿Eli, Eli, lama sabactani?

Mateo 27
46 Cerca de la hora novena, Jesús clamo a gran voz, diciendo: ¿Eli, Eli, lama sabactani? Esto es: ¿Dios mío, Dios mío, por que me has desamparado?

Muchas veces me pregunte, ¿ por que Dios abandono a su hijo?

Cuando la gente oyó a Jesús decir estas palabras, pensarían que estaba pidiéndole ayuda a Jehová. O tal vez los eruditos, los estudiantes de las Sagradas Escrituras, pensarían que estaba recitando el salmo 22.

Así también puede ser que muchos hoy día al leer estas palabras solo lo tomen como una señal del dolor que Cristo paso.

Pero es mucho más que una simple señal de su dolor.

La Biblia nos dice:

Mateo 27
45 Y desde la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena.

La hora sexta es el medio día para nosotros y la hora novena son las tres de la tarde. Este es el tiempo cuando mas fuerte brilla el sol. Pero aquel viernes fue diferente. Todas las tinieblas del infierno se levantaron en contra de Jesús, todo el pecado del mundo fue puesto sobre el. El que nunca había conocido pecado se hizo pecado por nuestra culpa.

2 Corintios 5
21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en el.

Tu pecado y el mío fueron sobre el. Tu y yo debimos de haber muerto en aquella cruz, no Jesús, pero el tomo nuestro lugar.

El Espíritu de Dios se tuvo que separar de Cristo para que el pecado se pudiera venir sobre el, y así quiso el Señor que quedase constancia de tan gran sacrificio y de tan gran momento cuando el toma nuestro lugar!

¿Dios mío, Dios mío, por que me has desamparado?

Aquí no queda duda, el mismo Espíritu Santo se había separado de el, Jesús Hombre vencía el pecado.

No solo sufrió nuestro Salvador la agonía física pero también tuvo que sufrir la agonía espiritual.

5. Tengo sed.

Juan 19
28 Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba consumado, dijo, para que la Escritura se cumpliese: Tengo sed.

Aun hasta el día de hoy, hay poder en la sangre que Cristo derramo.

La palabra tengo sed refleja que ya casi no quedaba líquido en su cuerpo. Daba hasta la última gota de su sangre por nosotros.

Dice la palabra que aun en el final una espada traspaso su costado, y así Dios lo permitió por si aun quedaba algo mas que dar, así su hijo lo daba TODO.

Juan 19
34 Pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua.

Cuando el Señor te pide un sacrifico de tu parte para el, ¿como se lo puedes negar? El lo dio todo por nosotros sin escatimar nada.

Romanos 8
32 El que no escatimo ni a su propio Hijo, sino que lo entrego por todos nosotros, ¿como no nos dará también con el todas las cosas?

Señor poco soy para servirte, pero en lo que tú estimes que yo debo hacer, heme aquí mi rey.

Cuando sirvamos a Dios, no lo hagamos por gloria, ni prestigio, ni posiciones. Hagámoslo solo por amor y agradecimiento. Al final, solo el lo hace posible.

6. Consumado es.

Juan 19
30 Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entrego el espíritu.

Consumado es.

Consumado es.

Consumado es.

Quisiera decirlo mil veces.

Cuando el Señor dijo estas palabras, se conmovió el universo completo. Todos los demonios del infierno supieron que estaban vencidos. La muerte había sido destruida, la victoria era total!!!

Nuestro Jesús venció!!!

Nuestro Salvador gano la batalla!!!

Y junto con la siguiente palabra:

7. Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.

Lucas 23
46 Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, expiro.
La tierra se estremeció. Ni siquiera pudo contener a sus muertos!!!

Mateo 27
51 Y he aquí, el velo del templo se rasgo en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron;
52 y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron;
53 y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de el, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos.
54 El centurión, y los que estaban con el guardando a Jesús, visto el terremoto, y las cosas que habían sido hechas, temieron en gran manera, y dijeron: Verdaderamente este era Hijo de Dios.

El velo se rasgo porque ya se había acabado la separación entre el hombre y Dios. Ahora ya yo no necesito que un sumo sacerdote interceda por mí, yo puedo venir por medio de Cristo directamente a mi Padre Celestial. Gloria a su nombre.

Fíjate como el espíritu de Cristo va inmediatamente al Padre. Por eso le dijo al ladrón arrepentido, hoy estarás conmigo en el paraíso. Lo que muere es el cuerpo no el espíritu.

Ahora se que cuando muera, no estaré en una tumba fría, porque inmediatamente mi espíritu ira al Padre!

Gracias Padre por estas hermosas siete palabras.

Pastor Pablo Caballero.

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